Niños sin castigo. Es necesario evitar los castigos físicos
Sin olvidar que los castigos moderados siguen siendo una forma adecuada para disciplinar a los pequeños, siempre será mejor cambiar la conducta de los niños sin castigo.
Para tal efecto, existen algunas técnicas y procedimientos que, si son aplicados como es debido, no será necesario recurrir a las reprimendas para modificar sus conductas indeseables.
Algunas formas de evitar los castigos en los niños
Antes de continuar, consideramos necesario advertir que algunos de los procedimientos que mencionaremos a continuación, pueden ser más efectivos que otros, dependiendo de las particulares características de cada pequeño, como es apenas lógico.
- Consecuencias naturales: si, en vez de castigar al chico, le hacemos entender que, de hacer (o dejar de hacer) algo, vendrán consecuencias por su conducta, lo más probable es que entenderá.
Así, por ejemplo, si le explicamos que, de olvidar los libros, no podrá entender correctamente las explicaciones del profesor, lo más seguro es que no los volverá a olvidar. Es mejor cambiar la conducta de los niños sin castigo.
Para situar otro ejemplo ilustrativo, digamos que es conveniente decirle que, en caso de dejar su ropa en el suelo, el perro la seguirá destrozando y se quedará sin sus prendas preferidas.
- Consecuencias lógicas: en caso de que estemos sin posibilidad de explicar consecuencias naturales (porque no es la hipótesis), podremos recurrir a las lógicas.
Así, por ejemplo, cuando Carlitos le arrebata el juguete a Sebastián, aprovechándose de que éste es más pequeño, le podremos decir a Carlitos que, por su comportamiento, no podrá ver tele en la noche será, de lejos, más efectivo que golpearlo con una correa o darle una nalgadas.
- Abstenerse de los golpes, a toda costa: si “acostumbramos” al niño a los azotes, luego será demasiado complejo recurrir a las técnicas moderadas, como las que acabamos de citar y otras a las que haremos alusión enseguida.
Otros métodos para cambiar la conducta de los niños sin castigo
- La disciplina positiva: la mejor manera de explicar esta manera de proceder, es mediante un ejemplo. Será más apropiado decirle, por ejemplo, “¿por qué no te dedicas a dibujar en el cuaderno, en vez de rayar la mesa?”, en vez de decirle “no rayes la mesa”.
Esto no es más (ni es menos), que “aprovecharse” de un comportamiento indebido, para enseñar un buen comportamiento.
- La distracción: este método es, particularmente, efectivo en los bebés y en los niños de edades más tempranas que, dicho sea de paso, adoran la distracción.
Entonces, en caso de que, por ejemplo, el pequeño pretenda saltar sobre la cama de los padres (como si fuese un resorte), sería conveniente invitarlo a una distracción que sea divertida y excitante para él, como llevarlo a balancearse en el columpio del parque aledaño.
- El método de las recompensas: se trata de un estupendo reemplazo de otros sistemas de disciplina. Si bien los regalos son una buena opción, no lo debemos acostumbrar a ellos. Más bien, será recompensarlo con una manifestación de cariño, como un beso o un abrazo, por haber modificado determinada conducta.
Los niños sin castigos físicos serán, cuando sean adultos, hombres más comunicativos, más abiertos a las relaciones sociales y, lo que es más importante aún, hombres sin complejos.
Escuela infantil Pequelandia en León
Fuente : Ángel Fuentes para escuelaenlanube.com