El «síndrome de la guardería» es conocido y temido por muchos padres y madres, pero por muchos miedos que nos transmita, debemos tener claro que no dejan de ser infecciones típicas de la infancia, nada extrañas y las mismas que hemos padecido much@s de nosotr@s o que podrían padecer los pequeños estando en sus casas. La única diferencia es que, debido al contacto con otros niños, éstas se multiplican de forma exponencial.
Pero la razón de que esto ocurra no es otra que el escaso desarrollo del sistema inmunológico en edades tan tempranas y que, gracias a los virus, logrará hacerse poco a poco mucho más fuerte.
Y es que todo tiene sus ventajas y los catarros no iban a ser una excepción. Un estudio realizado por el Banco de Células Madre de Andalucía señala que aquellos niños sobreprotegidos en casa tienen entre un 5% y un 20% más de posibilidades de desarrollar enfermedades graves que los que están expuestos a diversos tipos de infecciones. Así, el aislamiento o los cuidados excesivos para evitar los virus acaban por inhibir el correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
Los padres y madres tienen mucho que decir para ayudar a reducir este famoso «síndrome de la guardería», ya que uno de los errores más frecuentes es el de llevar al niño o niña a la escuela infantil cuando presenta leves síntomas de un malestar y que en ocasiones son confundidos con un simple resfriado.
Lo más indicado en estos casos y ante la sospecha de una enfermedad, por muy leve que sea, es que el pequeño no acuda a clase, no sólo para evitar la propagación de un determinado virus, sino que además se evitará que la patología que esté incubando sea grave. Por ello, ante la aparición de los primeros síntomas es necesario acudir al servicio de pediatría y no restarle importancia.
Para ayudar a conocer mejor los casos en los que un niño o niña no debería ir a la escuela infantil hay que tener en cuenta las siguientes circunstancias:
- Cuando el niño o niña precise de algún tipo de cuidados que no puedan ofrecerse en la escuela infantil o quede incapacitado para participar en el devenir de las actividades habituales del centro.
- Si presenta síntomas de afectación de su estado general, tales como fiebre, dificultad respiratoria, irritabilidad, etc., o cuando presente un cuadro clínico poco definido y potencialmente peligroso; como por ejemplo, vómitos sin una causa que lo explique.
- En caso de diarrea, conjuntivitis, varicela, sarampión, paperas, u otras patologías de este tipo por las que el pediatra o su propio buen juicio le sugiera precaución.
En cualquier caso, el periodo de exclusión va a depender de la enfermedad en cuestión de la que estemos hablando y del momento en el que se inicie el tratamiento, si fuese necesario.
Escuala Infantil Pequelandia León
Fuente : María García Castro para la Revista parabebes.com