Cuidados y consejos antes de meter a tu hijo en la piscina por primera vez.
Si hay algo muy especial en el primer verano del bebé es el momento en el que se estrena en una piscina. El primer baño con los padres es algo inolvidable, pero también puede ser peligroso. Por ello, sobre todo si somos primerizas es necesario tener en cuenta algunas pautas de cuidados y prevención con nuestro bebé en la piscina.
Consejos para la primera vez del bebé en la piscina
Para empezar, hemos de tener en cuenta que la piel del bebé es muy sensible, y que antes de bañarnos con nuestro hijo tenemos que proteger bien su dermis. Al ser tan delicada, no tenemos que perder de vista que las cremas para el sol son fundamentales antes de meternos en el agua, ya que aunque estemos bajo la sombrilla antes del baño, la radiación ultravioleta podría dañarles.
Además, respecto a la piel del niño, no sólo puede afectarle el sol cuando está bañándose, sino también el propio cloro del agua, por lo que lo más recomendable es hacer baños de pocos minutos para que no le haga daño o la piel no se le irrite.
Consejos para el primer baño de nuestro hijo en la piscina
Como queremos que este ratito con el bebé en el agua sea inolvidable, lo más importante es que tengamos claros ciertos consejos para que todo salga bien y el niño esté cómodo en el agua.
– Sujeción: El miedo que puede tener el bebé es el de ahogarse, aunque no sepa que esto puede suceder. La sensación de que no flota a pesar de ser tan pequeños puede generarles malestar. Por ello, es recomendable que les tengamos lo suficientemente sujetos para que ellos noten la sensación de protección en todo momento.
– Tiempo: Al ser la primera vez, muchos niños no soportan el agua, igual que les pasa en el momento del baño casero. Para que no se les haga incómodo ni agobiante, es recomendable mojarles poco a poco y que este baño no dure demasiado tiempo. Es más recomendable que dure diez minutos y lo repitamos una o dos veces más, que tenerle demasiado tiempo al bebé en la piscina y que el primer baño se convierta en una pesadilla.
– Tranquilidad: Si estamos en una piscina demasiado concurrida, el niño podría asustarse con el resto de personas que juegan, nadan y se divierten en el agua. El primer baño es muy especial, y para ello es recomendable hacerlo cuando el bebé pueda estar lo más tranquilo y calmado posible sin demasiada gente alrededor.
– Juegos: Aunque es evidente que no podrá desenvolverse por sí mismo, si cantamos, hacemos pequeños juegos o chapoteamos con nuestro bebé, él se relajará y sentirá este primer baño como algo agradable y apetecible que no dudará en repetir.
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Fuente : Artículo publicado en guiainfantil.com