Pautas de uso de equipos electrónicos para niños de todas las edades

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Los padres solían preocuparse solamente de que los niños estuvieran viendo demasiada televisión o jugando demasiados videojuegos. Todavía nos preocupamos por esas cosas, pero ahora la lista de lo que incluye el tiempo de pantalla se ha vuelto más larga. Teléfonos, tabletas, aplicaciones, redes sociales, mensajes de texto: todos pueden cautivar a niños (y adultos) desde una edad muy temprana. ¿Qué deben hacer los padres? Voltear la mirada no es una opción, pero respirar profundo y fomentar la moderación racional sí lo es. Estos son algunos consejos, divididos por grupos de edad, para ayudarlo a comenzar.

Niños pequeños (0 a 4 años)

 Limite la exposición. La American Academy of Pediatrics o AAP (en inglés) recomienda evitar la televisión y otros medios electrónicos de entretenimiento en el caso de niños menores de 18 meses. Después de los 18 meses, los padres pueden comenzar a introducir programación de “alta calidad”, pero la AAP advierte que los padres deberían ver los programas junto con sus hijos, para responder cualquier pregunta que pudieran tener. Para niños entre dos y cinco años, la AAP recomienda limitar el consumo de medios electrónicos a una hora de programación de alta calidad, nuevamente con la advertencia de que los padres deberían ver los programas junto con ellos.

 Comience a enseñar con el ejemplo desde temprano. Incluso antes de que su hijo tenga un teléfono o una tableta propia, muéstrele cómo se deben usar. No revise sus mensajes en la mesa a la hora de la cena. Mire a las personas cuando están hablando con usted, no a su teléfono. Recuerde que sus hijos están siempre mirando y que los niños pequeños notan todo: así es como aprenden.

 No subestime el valor de los juguetes tradicionales y los espacios abiertos. Es importante para los niños experimentar “juegos libres” no estructurados, lo cual significa que ellos deciden lo que quieren hacer, y cómo hacerlo, y que juegan solo por el placer de jugar: no para llegar al siguiente nivel de un juego, o aprender alguna habilidad específica. Los niños deberían experimentar la diversión de hacer sus propias reglas, y romperlas, a medida que crecen. Este tipo de juegos permite a los niños:

  • Moverse a su propio ritmo, en lugar de ser dirigidos (o apresurados) por la velocidad de los medios electrónicos.
  • Desarrollar la creatividad.
  • Adquirir experiencia al tomar decisiones.
  • Practicar el compartir y el trabajo con otros.
  • Aprender a ser líderes y abogar por ellos mismos.

Las aplicaciones (aunque sean lo educativas que dicen ser) no son un sustituto del tipo de aprendizaje que reciben los niños de manera natural si se los permitimos.

 Deje la tableta en casa. A pesar de que son útiles durante un viaje largo en auto o en avión, las tabletas y otros equipos no tienen lugar en el cochecito del bebé ni en el auto de camino al preescolar. Es importante que los niños también tengan la oportunidad de mirar a su alrededor y encontrar entretenimiento (por no hablar de aprendizaje) en el mundo real. ¡Y tampoco deberían ser parte de las reuniones de juegos con otros niños!

Niños de primaria (5 a 11 años)

– Vean cosas juntos. Si le preocupa que sus hijos estén recibiendo mensajes inapropiados de los medios, la mejor manera de contrarrestarlos es verlos junto a sus hijos y señalarles cuando algo no está bien. Pronúnciese sobre un personaje femenino que parece preocuparse únicamente por los niños, o por su apariencia. Comente si ve relaciones no saludables (incluyendo amistades) o estándares de belleza irreales. Además de reforzar sus valores, esto les enseñará a sus hijos a ver televisión y películas de manera activa, no pasiva, lo cual es bueno para su autoestima. ¡Haga esto también durante los comerciales!

 El tiempo de pantalla no debe ser todo el tiempo. La AAP recomienda que los padres establezcan límites sensibles acerca de cuánto tiempo de pantalla es apropiado para su hijo. Igual de importante: designar espacios libres de aparatos electrónicos, como las habitaciones para dormir y el comedor. Establecer (y reforzar) esos límites desde una edad temprana les enseña a los niños a ser consumidores saludables de los medios electrónicos.

 Tenga criterio. Determinar qué es de alta calidad y qué no lo es puede que no sea evidente pero fíjese en las cosas que:

  • Sean apropiadas para la edad.
  • Involucren la imaginación de su hijo.
  • Transmitan valores adecuados.

Common Sense Media tiene más sugerencias aquí. Por otra parte, si usted no quiere que su hijo juegue un juego en particular o vea un determinado programa de televisión, explíquele sus razones y sea específico, no le diga solamente que es “malo”.

 No haga que las pantallas sean la recompensa (o la consecuencia). La tecnología es enormemente atractiva para los niños de por sí, pero cuando hacemos del tiempo frente a pantallas algo que se usa para lograr que los niños se porten bien, o algo que pierden por portarse mal, lo convertimos en algo aún más deseable, aumentando así las posibilidades de que un niño lo sobrevalore.

 Fomente otras actividades. Hay muchas maneras de divertirse. Correr al aire libre, practicar un deporte, leer libros, hacer manualidades: la variedad es importante para tener una vida balanceada. Anime a sus hijos a desarrollar una amplia gama de intereses. Modele este tipo de comportamiento al hacer lo mismo usted también. Deje que sus hijos lo vean leyendo un libro y haciendo cosas, y teniendo un pasatiempo. Presente estas cosas como actividades tan gratificantes como el tiempo frente a la pantalla, no simplemente como una alternativa. Es importante mostrarles que tienen la misma importancia.

 Prepárese para que descubran la pornografía por sí solos. Aun si no la están buscando exactamente, los niños de hoy en día pueden encontrarse con la pornografía muy fácilmente. La curiosidad es a menudo un gran motivador, así que no se avergüence de tener algunas conversaciones francas sobre sexo, que sean apropiadas según el nivel de desarrollo. Si lo escuchan de su parte, será menos probable que recurran a Internet en búsqueda de respuestas, y es más probable que le pidan a usted que les explique lo que ven en línea o escuchan de sus amigos. Y si ven pornografía, hágales saber que lo que vieron no fue más realista que cualquier otra película.

Preadolescentes y adolescentes (12 años o más)

 Continúe moldeando un buen comportamiento frente a la tecnología. Es fácil dejar pasar las cosas una vez que los niños son mayores y tienen sus propios dispositivos, pero recuerde que las reglas reglas antiguas siguen aplicando. No use su teléfono en la mesa y asegúrese de que sus hijos no tengan que competir con una pantalla por su atención. Además de establecer un buen ejemplo, esto les muestra que ellos son importantes para usted y que está interesado en lo que tengan que decir, lo que a su vez los hace más propensos a querer abrirse con usted. A pesar de que ya están creciendo, sus hijos todavía necesitan hablar con usted, no solo con sus amigos.

 Fomente la privacidad. Una vez que los niños cumplen 13 años se les permite abrir una cuenta en Facebook y en la mayoría de las demás redes sociales y aplicaciones (algunos niños hacen trampa y las abren antes de eso). Cualquiera que sea la edad que su familia considera apropiada para tener cuentas en las redes sociales, asegúrese de que su hijo sea muy cuidadoso con la privacidad. Investigue la configuración de privacidad junto con él y asegúrese de que entiende cuando algo es público o privado (o más o menos), y cómo eso puede afectar lo que publica. Como regla general, no debe compartir nada en línea con lo que no se sienta cómodo que el mundo entero pueda leer. Incluida su abuela.

 Sí a la amistad, no al espionaje. Si su hijo está en las redes sociales, la psicólogadel desarrollo Donna Wick, EdD, de Mind to Mind Parent recomienda que usted lo siga o se haga su amigo, y monitoree su página. Pero ella no aconseja revisar los mensajes de texto, a menos que haya algún motivo de preocupación: “Si usted tiene una razón para estar preocupado, entonces está bien, pero tiene que ser una buena razón. Veo padres que simplemente están espiando a sus hijos. Los padres deben comenzar por confiar en sus hijos. Ni siquiera darle a su hijo el beneficio de la duda es increíblemente dañino para la relación. Ellos tienen que sentir que los padres piensan que son buenos niños”.

 Deje claro que las fotos de desnudos son una mala idea (y explique por qué). A veces los niños piensan que compartir fotos es una manera de generar confianza, pero con la facilidad puede producir justo lo contrario. Su hija podría confiarle sus fotos a su novio, pero él a su vez podría confiar en un amigo cercano, y así sucesivamente. O ella podría confiar en que él va a borrar las fotos, pero luego descubrir que las guardó en su teléfono, y otras personas las encontraron cuando estaban viendo sus fotos. Estas son algunas de las maneras inocentes en las que las fotos pueden caer en las manos equivocadas: hay muchas otras maneras mucho menos inocentes en las que también esto puede suceder. Y una vez que las fotos están disponibles, pueden dañar futuras relaciones y perspectivas laborales, sin mencionar que se convierten en el tema de conversación de la escuela.

Además, en caso de que su hija no lo sepa, si es menor de edad, compartir fotos de desnudos puede causarle muchos problemas a ella y a quienquiera que se las haya enviado, por propagar pornografía infantil, lo cual es algo en lo que realmente no querrá verse involucrada.

 Los mensajes de texto pueden ser complicados. Advierta a los niños que es muy fácil que las personas malinterpreten mensajes cuando no están escuchando el tono de su voz o viendo la expresión en su cara. En particular, las bromas podrían parecer malintencionadas. Para cuidarse de las malas interpretaciones y los sentimientos heridos, es siempre buena idea dejar claro que se trata de una broma.

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