Piel con piel: una técnica esencial tras el parto

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El contacto piel con piel se ha realizado durante toda la historia de la humanidad. Luego, con la incorporación de las atención medicalizadas del parto, se abandonó. Te explicamos por qué y cuáles son sus beneficios.

La técnica de piel con piel, también llamada método del canguro, es una acción que se realiza justo después del parto. Consiste en colocar al recién nacido sobre el abdomen o el pecho de la madre, aún incluso sin haber cortado el cordón umbilical.

De hecho, esta metodología también puede emplearse días después del nacimiento. Presenta numerosos beneficios tanto para la salud del bebé como para la relación entre ambos. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre el método.

La técnica de piel con piel

El contacto piel con piel entre madre e hijo tras el nacimiento es algo que la humanidad ha realizado durante toda la historia. Es un gesto casi inconsciente, mediante el cual la madre demuestra cariño y protección al recién nacido. 

El parto es una situación complicada para el niño, ya que rompe por completo el estado de tranquilidad y de comodidad que experimentó durante los meses de gestación. El primer contacto con su madre puede proporcionarle un estado de tranquilidad, por lo que es importante cuidar de esta experiencia.

Si bien es cierto que la técnica supone numerosos beneficios, en realidad antes se desconocían. Este método se realizaba por mero instinto. Sin embargo, en cuanto se introdujo la asistencia instrumental al parto, se dejó de hacer.

¿Cómo practicar el contacto de piel con piel con tu bebé?

El contacto piel con piel, en una primera instancia, consiste en colocar al recién nacido sobre el pecho o el abdomen de la madre. Se suele realizar sin cortar el cordón umbilical. El bebé debe posicionarse vertical con ambos tórax en contacto.

Lo ideal es que, en ese momento, también participe el pezón de la madre. No obstante, no es necesario que succione. Esto debe realizarse tanto en partos por vía vaginal como en cesáreas. El tiempo que se recomienda mantener esta posición es de mínimo una hora.

Además, este gesto se puede llevar a cabo durante los primeros días de vida del niño. No es exclusivo del momento del parto. Para hacerlo, lo ideal es buscar un momento a lo largo de la jornada para disfrutar de la tranquilidad.

La madre debe descubrirse el pecho por completo y colocar al bebé sobre él. Hay que cubrir al niño o cubrirse mutuamente con una manta para no alterar la regulación de la temperatura corporal. Recordemos que a tempranas edades el sistema de adecuación de los órganos al clima circundante todavía se está desarrollando.

De esta manera, es muy probable que ambos entren en un estado de calma. Esto supondrá beneficios que ahora te vamos a comentar, pero resulta lógico ya suponer que el estrés se disipa al favorecer este grado de intimidad. Inclusive la cuestión de las oscilaciones de temperatura que comentábamos, encuentran en la piel con piel un adyuvante para la homeostasis.

Beneficios de esta técnica

Los beneficios del contacto han sido estudiados por numerosos científicos en los últimos años. Según un estudio publicado en la Revista Cochrane, mejora la interacción entre madre e hijo y, además, reduce el llanto al nacer. 

Se ha visto que la afectividad entre ambos se incrementa de manera notable. Por ejemplo, la madre entiende mejor las señales del hijo y la comunicación se hace más fluida, pudiendo atender las demandas con presteza y celeridad.

Incluso, según un artículo de revisión de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se reduce la posibilidad de depresión postparto en la mujer. Del mismo modo, parece que disminuye los días de ingreso en el hospital tras el parto. 

Otro de los beneficios, como adelantábamos, es la regulación de la temperatura del niño. Es decir, ayuda a que éste mantenga una homeostasis corporal adecuada, lo que es esencial en esta etapa de la vida para acompañar el desarrollo normal.

Por último, un estudio de Enfermería Universitaria afirma que la lactancia es mayor en las madres que realizan esta técnica justo después del nacimiento. También comenta que favorece la involución del útero y que reduce el riesgo de infecciones, lo que repercute en menos consumo de medicamentos por parte de la mujer en la etapa del puerperio.

Piel con piel siempre que se pueda

El método canguro es algo natural e instintivo en el momento del parto. Tanto la madre como el hijo resultan beneficiados. Sin embargo, es cierto que también hay desventajas a considerar.

Una publicación de Progresos de obstetricia y ginecología explica que, en ese preciso instante, también pueden generarse complicaciones que pongan en riesgo la vida del bebé, aunque mínimas, como la posibilidad de un sofoco por compresión. Aún así, se debe fomentar su práctica mejorando la preparación del equipo médico que participa en los partos.

Por ello, si vas a tener un bebé, intenta informarte de manera correcta sobre esta técnica y cómo realizarla. Además, en el momento del nacimiento, disfruta de ese primer contacto con el recién nacido. Así podrás asegurar que su experiencia con el mundo sea menos agresiva.

Fuente : Portal Mejor con Salud

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