A partir de los 6 meses de edad (y si así lo indica el pediatra) puedes comenzar a incluir frutas en la dieta de tu bebé. El orden más común es iniciar por los cereales y luego seguir con la fruta.
Recuerda que las frutas complementarán la alimentación de tu hijo, por lo que esto no significa reducir su consumo de leche materna; ha de ingerir la misma cantidad, ya que sigue siendo su alimento principal.
Si empiezas por los jugos…
A la hora de empezar a dar fruta al bebé, hay pediatras que recomiendan comenzar con el jugo de naranja o de mandarina en lugar del puré, mientras que otros prefieren la opción inversa. Lo cierto es que no existe unanimidad al respecto. Depende de cada niño, algunos aceptan mejor el jugo y otros la papilla. Si el niño rechaza el zumo, no hay que preocuparse, basta con pasar a la papilla de frutas.
Papillas
Para comenzar a darle la fruta en puré debes tomar en cuenta una norma básica:ofrecerle papilla de una sola fruta y, si la tolera bien durante tres o cuatro días, incorporar otra diferente. ¿Por qué? Porque si mezclas varias frutas y alguna de ellas le provoca alguna reacción adversa (alergia o intolerancia), no podrás saber cuál de ellas es.
¿Cuáles y en qué cantidad?
Conviene inciar con manzana o pera, frutas de sabor suave y dulce, y luego ir incorporando el resto, como plátano ynaranja. Cuando las haya aceptado puedes preparar la papilla con otras frutas: uvas, sandía, ciruela, cerezas…
Las que debes evitar por ahora son el kiwi, fresas, melón, frutas del bosque y las tropicales, porque pueden producir alergia. En todo caso, a la hora de comprar escógelas maduras, en su punto justo (ni muy verdes ni muy pasadas) y utilízalas desechando el corazón y la piel.
Y en cuanto a la cantidad que debe tomar, ten en cuenta lo que acepta y no te desesperes si no se lo come todo: ve poco a poco. Si tienes paciencia al final se acostumbrará a los nuevos sabores y texturas y se comerá todo con gusto.
Noticia publicada en la Revista Padres e Hijos.