El dibujo en la infancia, además de actividad lúdica y creativa, es un vehículo de simbolización y expresión emocional importante.
Por ello, el dibujo infantil es una herramienta útil a psicólogos para analizar y estudiar el mundo emocional de los niños, y puede servir también de instrumento para que el niño canalice y exprese emociones. Pero no sólo en el ámbito clínico es útil el dibujo, sino que desde casa o la escuela podemos emplearlo como herramienta de expresión emocional. Así podemos ayudar al niño a expresar sus emociones a través del dibujo.
Cómo usar el dibujo para ayudar al niño a expresar sus emociones
Para que el dibujo sirva como medio de expresión emocional, es importante que los adultos no juzguemos, corrijamos, critiquemos el dibujo de los niños o lo comparemos con otros niños, pues coartaremos su expresividad. También es importante tener en cuenta que no a todos los niños les gusta dibujar, por lo que no debemos forzar ni obligar, y también es importante que sea una actividad libre.
En el ámbito clínico, el dibujo como herramienta de expresión y regulación emocional, puede ayudar al niño a liberar y expresar lo que le preocupa y le angustia creando historias sobre esas situación concreta. Dibujar sus preocupaciones puede ser una manera de exteriorizarlas, de sacarlas fuera y de esa manera aliviar la tensión emocional. Es decir, el dibujo puede actuar como válvula de escape.
Pero el dibujo también puede ayudarle a cambiar el foco de atención de una emociones a otras. Por ejemplo, cuando el niño está enfadado o preocupado, la actividad de dibujar o colorear, puede ayudarle a dejar de pensar en aquello que le ha enfadado o que le preocupa, se centra en pintar y colorear, se relaja y esos pensamientos y emociones se disipan. Y cuando estamos tranquilos y relajados, las emociones se manejas y gestionan mucho mejor.
Fuera y dentro del ámbito clínico, podemos emplear el dibujo cuando al niño le cuesta expresar con palabras sus emociones o sentimientos, sobre todo cuando son muy pequeños, por lo que podemos ayudar al niño a explicar lo que le pasa con el dibujo. Si se ha enfadado, o si está triste porque ha tenido un conflicto con un amigo, podemos ayudarle a canalizar esa emoción dibujando. Podemos decirle que dibuje lo que le pone triste, o le preocupa, y luego preguntarle sobre lo que ha dibujado y de esta manera podemos ir «sacando» información.
Puede ser útil también para enfrentarse a lo que les da miedo, o a lo que les asusta, y crear soluciones para superar ese miedo, por ejemplo.
Cuando el niño dibuja tiene el control sobre lo que hace, sobre esa situación que está reflejando, y ese control le brinda la posibilidad de solucionar conflictos o manifestar todo lo que en la vida real sería mucho más difícil.
Pero el dibujo es algo más que una herramienta terapéutica. El dibujo es juego, es en sí misma una actividad creativa, que desarrolla la imaginación del niño, que les relaja y es fuente de satisfacción para él. El dibujo impulsa su capacidad de simbolización, desarrolla su capacidad expresiva e impulsa su creatividad.
En casa sería muy positivo que tengan pinturas a mano, cuadernos para colorear, témperas, pintura de dedos y fomentar y favorecer que los niños dibujen, pinten y coloreen, y si los padres les acompañamos en la tarea en algún momento, ¡mejor que mejor!
Fuente : Jimena Ocampo Lozano – Psicopedagoga para guiainfantil
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