La fiebre en bebés y niños: ¿Cómo tratarla?

¿Qué es realmente la fiebre?

Ante todo, es importante tener en cuenta que una temperatura de 37.5ºC a 38ºC, tomada en la axila, no se considera fiebre sino febrícula, y no es un síntoma preocupante. A partir de los 38º Cse puede hablar de fiebre propiamente dicha.

Sin embargo, los padres también debemos saber que la fiebre en sí misma no es algo negativo, es tan solo una reacción del organismo para eliminar los virus, ya que estos mueren a más de 38 grados. La fiebre es un síntoma de que el sistema inmunitario está trabajando para combatir una infección vírica o bacteriana. Por eso, en ocasiones es mejor dejar que haga su trabajo y que las defensas del niño combatan por sí solas el problema.

Además, como la fiebre no es más que un síntoma, al bajarla podrías enmascarar el problema que se encuentra en la base. Por eso, los médicos solo recomiendan bajarla cuando es muy alta y representa un riesgo real para la salud. En este sentido, debes saber que las convulsiones febriles no dependen tanto de lo alta que sea la temperatura sino más bien de la susceptibilidad personal.

¿Qué hacer cuando el niño tiene fiebre?

1. Mantener monitorizada la temperatura. Aunque a veces basta tocarle la frente al niño para percatarse de que tiene fiebre, es importante saber exactamente cuál es su temperatura. Por eso, el primer paso consiste en tomarle la temperatura con un termómetro cada media hora o una hora, para ver si aumenta o se mantiene estable.
2. No abrigarle demasiado. Si el pequeño tiene frío, puedes taparle con una manta para que se sienta más cómodo pero no es conveniente abrigarle demasiado. De hecho, abrigarle mucho solo servirá para que aumente la temperatura corporal, que es precisamente lo que no deseas que ocurra. Además, siempre que sea posible, es recomendable mantener una temperatura templada en la habitación.
3. Hidratar al pequeño. Cuando el niño tiene fiebre, es conveniente asegurarse de que está bien hidratado ya que el aumento de la temperatura corporal suele dar lugar a una pérdida de líquidos que, a la larga, podría dar paso a la deshidratación. Por tanto, aunque no es conveniente forzarle, se recomienda ofrecerle abundante líquidos.
4. Dar baños de agua templada. Si es necesario bajar la fiebre, puedes recurrir a un baño con agua templada. Se recomienda que el agua sea apenas unos 2 grados más fría que la temperatura corporal del niño. No se aconseja aplicarle comprensas de alcohol ni darle baños con agua fría ya que el cambio brusco de temperatura puede provocar convulsiones. Tampoco se recomienda que el niño esté demasiado tiempo en el agua.
5. Recurrir a los antipiréticos. Si el niño ya es mayorcito y la fiebre no baja, puedes recurrir a los antiérmicos, como el paracetamol o el ibuprofeno, siempre en las dosis recomendadas para su edad y teniendo en cuenta que nunca se deben alternar diferentes medicamentos para tratar la fiebre.

¿Cuándo acudir al médico?

En sentido general, es recomendable no acudir inmediatamente a urgencias ya que esas salas de espera llenas de virus y bacterias no son el sitio más indicado para un niño. No obstante, debes acudir al médico si:

– Se trata de un bebé de menos de 3 meses

– Si la fiebre dura más de 72 horas

– Si tiene 40º y no logras bajar la temperatura

– Si además de la fiebre hay otros síntomas, como vómitos, dolor de cabeza o dificultades para respirar

– Si aparecen erupciones o manchas en la piel

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Escuela infantil 0-3 años y guardería en León

Fuente : Publicado en Salud infantil.Revista parabebes.com