La transmisión del coronavirus entre niños pequeños es muy baja, confirma el primer estudio realizado en escuelas infantiles
Cada día vamos conociendo algo más sobre este coronavirus que tiene en estado de alerta a todo el mundo y se suceden las investigaciones sobre su prevalencia en la población para aprender cómo combatirlo. Muchas de ellas se centran en los niños, que al principio de la pandemia fueron señalados como «grandes contagiadores», aunque después la visión fue variando. Los estudios y la realidad han ido demostrando no es así y que la Covid-19 les afecta menos que los adultos y, de llegar a infectarse, la mayoría son asintomáticos o sufren síntomas leves, aunque por desgracia hay excepciones.
Así que con estos datos sobre la mesa regresaron a los colegios adoptando medidas de seguridad y, aunque en picos de contagio como el de ahora hay aulas confinadas, se está viendo que los niños no se contagian en las aulas, sino en casa.
Así lo confirma también un estudio francés recién publicado en la revista ‘The Lancet Child and Adolescent Health’, que concluye que no existe evidencia de que las escuelas infantiles sean un foco de contagio de coronavirus entre los niños pequeños. De hecho, es más habitual que lo contraigan en casa que en las guarderías.
El primer gran estudio multicéntrico en guarderías
Investigadores de los servicios de pediatría del hospital Jean-Verdier de Paris y de la Unidad de investigación clínica y del departamento de microbiología del Hospital Avicenne, de las universidades de la Sorbona y de la Universidad de la Sorbona y del Inserm, analizaron en un estudio multicéntrico el papel de los niños muy pequeños en la transmisión del SRAS-CoV-2 en 22 de las contadas guarderías que permanecieron abiertas para acoger a los hijos de los trabajadores esenciales, durante el primer estado de alarma en Francia, entre el 15 de marzo y el 9 de mayo de 2020. Cada centro tuvo una asistencia de entre ocho y 56 niños.
Su objetivo era ayudar a entender cómo y en qué medida contribuyen a transmitir el virus los niños que asisten a escuelas infantiles. Para valorarlo, estudiaron a 327 niños de entre 5 meses y 4 años; a 190 trabajadores de guarderías, y otro grupo de 164 trabajadores de hospitales sin contacto con niños. También solicitaron información a los padres de los menores.
La investigación tuvo lugar en tres ciudades de Francia durante la primera ola de la pandemia: París (la región más afectada), y otras dos con menor incidencia: Ruán (Normandía) y Annecy, en los Alpes.
Los autores descubrieron que la mayoría de los niños probablemente contrajeron el virus a través de un miembro adulto de la familia al que se le había confirmado la presencia del virus. Así lo confirma la doctora Camille Aupiais, del Hospital Jean-Verdier de París, autora del estudio:
«Nuestros resultados sugieren que los niños pequeños son más propensos a contraer el COVID-19 en casa, en lugar de en una guardería».
Las escuelas infantiles son seguras
Añaden los investigadores que aunque estudios anteriores sobre la gripe habían demostrado que los niños solían contribuir en gran medida a la propagación de las enfermedades respiratorias, estos últimos resultados sugieren que los niños pequeños no parecen estar propagando el SARS-CoV-2.
La noticia debe ser especialmente tranquilizadora para los padres y el personal de las guarderías que dudan si es una buena opción llevar a sus hijos más pequeños a una escuela infantil, teniendo en cuenta que los progenitores de los niños del estudio trabajaban en ocupaciones de alto riesgo, como la asistencia sanitaria u otros empleos esenciales que podrían exponerlos al virus.
También se aplicaron estrictas medidas sanitarias en las guarderías, como agrupar a los bebés en grupos de seis a ocho por aula atendidos por el mismo cuidador, totalmente protegido. Las superficies interiores se desinfectaban con regularidad y se mantenía la distancia social, especialmente durante las comidas.
Las muestras de Covid se tomaron uno o dos meses después de que se levantaran las restricciones y los datos sobre los anticuerpos se consideran un reflejo más exacto de las tasas de infección, ya que incluyen a todos los que estaban infectados, aunque fueran asintomáticos.
En total, 14 de los 327 niños (3,7%) y 14 del personal de las guarderías (6,8%) dieron positivo a los anticuerpos del SRAS-CoV-2. En el grupo de control de adultos, nueve de 164, es decir, el 5%, dieron positivo.
Entre los niños cuyos padres dieron permiso para realizar el test de PCR nasofaríngeo (60%), ninguno dio positivo. Seis de los 14 niños que tenían anticuerpos eran asintomáticos durante el encierro. El estudio también descubrió que el 55% de los niños que dieron positivo a los anticuerpos tenían al menos un padre que también había dado positivo.
El estudio añade que los 14 niños seropositivos provenían de 13 guarderías distintas, y en el centro que registró dos casos, los pequeños no tuvieron contacto entre ellos, por lo que no se pudieron contagiar el uno al otro. Tampoco se observaron diferencias entre los cuidadores de las guarderías expuestos a niños contagiados con los que no estuvieron.
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